Juanito había sido desobediente. Como castigo, fué privado de la cena durante varias noches y obligado a dormir en el piso del oscuro altillo. A la hora de la cena, el padre de Juanito estuvo muy callado. Cosa extraña, no tenia apetito. Mas tarde, en la cama, se movió y dio vueltas de un lado para otro. No tenia sueño. Finalmente no aguanto más. Tomando su almohada, subió la escalera hasta el oscuro altillo y se acostó al lado de su querido hijo. Cada noche hizo lo mismo. No podía cenar. No dormía hasta que se encaminaba hacia el altillo para estar con su amado Juanito. Su hijo debía sufrir, pero el estaría a su lado.
"Los que siguen a Satanás creen que Dios es duro y exigente. Creen que los observa para denunciarlos y condenarlos, y que no esta dispuesto a recibir al pecador mientras tenga alguna excusa legal para ayudarle. Consideran su ley como una restricción a la felicidad de los hombres, un yugo abrumador del que se libran con alegría. Pero aquel cuyos ojos han sido abiertos por el amor de Cristo como un ser compasivo. No aparece como un ser tirano e implacable, sino como un padre que anhela abrazar a su hijo arrepentido. El pecador exclamara con el salmista: ·Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen· [...]
"Levantaos e id a vuestro Padre. El os saldrá al encuentro muy lejos. Si dais, arrepentidos, un solo paso hacia el, se apresurará a rodearos con sus brazos de amor infinito. Su oído esta abierto al clamor del alma contrita"(LP 188,189).
Niciun comentariu:
Trimiteți un comentariu